sábado, 8 de junio de 2013

LA PATRIA


La palabra patria proviene del latín: patrĭa,familia o clan > patris, tierra paterna > pater, padre y suele usarse para designar la tierra a la que un individuo se siente ligado por vínculos diversos tanto  afectivos, como culturales o históricos o el lugar donde se nace.

Patria es un concepto eminentemente latino. En las culturas sajonas se da mayor importancia al "country", que se refiere a lo estrictamente territorial, lo que nosotros llamaríamos país.
El significado suele estar unido a connotaciones políticas o ideológicas, y por lo tanto objeto de diversas interpretaciones y uso propagandístico .

Es así que patria puede significar cosas tan diversas como diversos sean los que invocan su nombre.

Para la derecha argentina, patria , cuyo significado está ligado a ese mito fundacional poblado de héroes prefabricados y mausoleos , está anclada a ese pasado heroico, arquetípico y que como clase, según la historia que ellos mismos nos escribieron , han protagonizado casi excluyentemente.

Una Patria pequeña  reducida en extensión prácticamente a la pampa húmeda y siempre subordinada a los intereses del imperio de turno , una patria para pocos , ellos que de espalda a las grandes mayorías populares , a quienes replicando el modelo imperial al que se someten voluntariamente por intereses económicos  , han sojuzgado y compartido el botín obtenido con sus amos imperiales. 
Por lo tanto no debe extrañarnos que las Malvinas sigan siendo después de 175 años un territorio ocupado por el Imperio Británico , ya que salvo las dos irrupciones del Peronismo en la historia de esa patria , nada vino a disputar la hegemonía de esa clase dominante.
Debieron pasar 48 largos años hasta que reapareció en la historia nuevamente el Peronismo , el verdadero, el que no arrió las banderas , el de la patria grande , la justa , la libre y soberana , la que no se somete a la voluntad de los imperios construyendo su propio destino y ese pedazo de tierra usurpado  tan amado por los argentinos vuelve a ser la gran causa nacional, ese Peronismo que nos supo decir la eterna  y amada Evita "será revolucionario o no será nada".

Porque para el peronismo la patria no es una cuestión de beneficio económico , para el peronismo la patria no es ayer es mañana , la patria es una cosa viva que construimos día a día entre todas y todos los que la sentimos así , nuestra, propia, de todos y todas y para todos y todas , la patria es un profundo acto de amor y como nos supo revelar Cristina la patria es el otro.
Somos la versión antagónica e irreconciliable de la otra patria reclamada por la derecha cipaya, los que venimos a poner en discusión sus pretensiones hegemónicas , los que venimos a dar la batalla cultural para reconquistar lo que nos han robado , nuestra historia , nuestros muertos , nuestros héroes,nuestros sueños.

miércoles, 5 de junio de 2013

PERÓN Y EL CHE , UN SOLO CORAZÓN ?

En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario.(GEORGE ORWELL)

En Guatemala se produjo un golpe revolucionario, encabezado por dos coroneles: Arévalo y Jacobo Arbenz. Se había iniciado en Guatemala un proceso impresionante. Estamos hablando de 1947, plena posguerra, plena guerra fría. El imperialismo estaba en su mejor momento, porque Estados Unidos había perdido muy poco en la Segunda Guerra Mundial. Allí perdieron en realidad los países europeos, sobre todo la Unión Soviética.

El Imperio estaba en pleno auge. Centroamérica, donde se explotaban las grandes plantaciones de banana, estaba en manos de la United Fruit. Esta empresa ponía y sacaba gobiernos. Arévalo encabeza la revolución popular, establece la reforma agraria e inicia un proceso de organización y transformación de una sociedad profundamente polarizada. Para que se den una idea, Guatemala tenía casi un 70 % de población indígena, descendientes de una de las grandes culturas de los pueblos originarios, los mayas. Los indígenas guatemaltecos no tenían derechos. Ni se podían presentar a los Tribunales. Necesitaban un curador para hacerlo.

Jacobo Arbenz inicia un proceso de recuperación de los derechos de los pueblos originarios. Al mismo tiempo expropia a la United Fruit e inicia una gran reforma agraria. Esto provoca la reacción norteamericana, y empieza la CIA a trabajar en un golpe militar. Es aquí que llega el Che en el ’54. Se encuentra con esa Guatemala en plena ebullición. Se produce la invasión y el golpe de Patricio Armas. Con un ejército preparado por la CIA derrota a las fuerzas revolucionarias.

El Che se propone organizar la resistencia civil. No lo logra. El aparato de la CIA era impresionante, estaba el ejército norteamericano.

El único país que se solidariza con los revolucionarios guatemaltecos es Argentina.

200 exiliados fueron recibidos por el gobierno de Perón, que apoyó a Jacobo Arbenz.

Inmediatamente, el Che consigue refugio en la Embajada argentina y consigue, que, en vez de repatriarlo a Argentina, lo saquen a Méjico.

Allí conoce a los cubanos y empieza a elaborar el proyecto que culmina con la Revolución Cubana en 1959. Esa América Latina que bullía por todos lados es la que encuentra el Che. Una América Latina con dictadores por un lado, y pueblos que luchaban por reivindicaciones democráticas. Fíjense que al principio, la Revolución Cubana basa su programa en aquel famoso discurso de Fidel frente al tribunal que lo juzgaba por el Asalto al Moncada, que se llama -La Historia me absolverá.


La relación de Perón con el Che fue una obsesión de la inteligencia estadounidense desde la victoria de los revolucionarios cubanos en 1959. En 1964, la CIA estuvo muy cerca de confirmar que ellos se habían reunido por lo menos una vez, pero una falla humana echó a perder la pista más firme con la que contaron durante los casi ocho años en que los dos expatriados tejieron sus peligrosos planes.

La CIA sospechaba que Perón mantenía un canal de comunicación con La Habana que no era el ex diputado y líder de la izquierda peronista John William Cooke, quien ostensiblemente compartía los fines y los medios de la revolución cubana.

Cooke vivió en Cuba junto a su mujer, Alicia Eguren. Los dos vistieron el uniforme verde oliva de los castristas y convocaron a docenas de argentinos para entrenarse en la guerra de guerrillas. Pero los estadounidenses habían reparado en un hecho sugestivo que no pasaba por los Cooke. A principios de 1960, cuando la revolución ya mostraba su orientación izquierdista, Perón había enviado a uno de sus cercanos colaboradores, el ex canciller Jerónimo Remorino, para que abriera una línea directa con La Habana. Remorino viajó a Cuba desde Nueva York, donde era presidente de la Petrocolor Corporation, y de inmediato constituyó una nueva sociedad anónima cubana, de la que fue también presidente, llamada Oroncaribe. Remorino no era un desconocido para los estadounidenses, porque había sido embajador en Washington entre 1948 y 1951, embajador ante las Naciones Unidas y ministro de Relaciones Exteriores de Perón desde 1951 a 1955. A la CIA le llamó la atención que Remorino extendiera sus operaciones comerciales de Estados Unidos a Cuba justamente cuando el mundo de los negocios salía de Cuba porque su gobierno se inclinaba hacia el socialismo.

Sin embargo, es posible que estos pasos visibles de Remorino también hayan sido una maniobra de distracción para ocultar a otro agente confidencial de Perón. El general era un maestro para enmascarar sus propósitos y un auténtico profesional en materia de contrainteligencia. En los años 30, Perón había estudiado a fondo la forma de operar del espionaje militar y puso a prueba sus conocimientos como attaché de la Embajada en Chile, de donde salió precipitadamente a causa de sus contactos con agentes chilenos.

La búsqueda de ese tercer hombre, que detrás de Remorino y de Cooke llevó adelante la delicada misión de conservar con fluidez la relación de Perón y el Che, fue la culminación de la primera etapa de esta investigación y el umbral de la segunda: el misterioso personaje había sido testigo del encuentro personal de Perón y el Che en la residencia de Puerta de Hierro, Madrid, en 1964; el contacto había tenido lugar entre el 17 de marzo y el 17 de abril de ese año y existía un testimonio recogido por un amigo del tercer hombre, en el que se registraron los principales detalles históricos.

La identificación definitiva fue el resultado de una paciente labor, seguida por dos golpes negativos: el agente de Perón es un desaparecido desde el 7 de julio de 1977, su amigo y albacea falleció el 12 de noviembre de 1996.

El paseo europeo

Julio Gallego Soto fue agente de Perón para las operaciones confidenciales de mayor riesgo. Conocía las cuentas numeradas de los bancos de Nueva York, Barcelona, Montevideo y París, donde era mayor la discreción y también podía reconstruir de memoria la historia de los contradocumentos y las transferencias de fondos que respaldaban los pactos políticos del jefe del justicialismo. Gallego Soto fue un eximio conspirador que construyó como una obra de arte su bajo perfil, a pesar de haber vivido momentos históricos junto a Perón o por cuenta de Perón. Se llevó muchos secretos a la tumba sin nombre, cuando un comando militar lo desapareció para siempre en 1977, pero en algún momento entre 1965 y su último día sintió la necesidad de relatar a su amigo, el contador público y experto en cuentas fiscales Alberto T. López, cómo había sido aquella noche en la que Perón lo mandó a buscar y en su residencia de Madrid le propuso en presencia del Che que tomara a su cargo “los fondos de la liberación”.

En 1964 Perón estaba dedicado a preparar su retorno a la Argentina y el Che alimentaba alguna esperanza de que su hombre de acción, el periodista Jorge R. Masetti, continuara con vida. Revisado ahora, fue un año malo para los dos, porque Perón fracasó cuando lo forzaron a regresar a Madrid desde Río de Janeiro y de Masetti no hubo más noticias hasta hoy, después del desastre de su foco rural en Salta.

Pero, en los treinta días marcados en el calendario para que Perón y el Che se dieran la mano, los éxitos eran todavía tan posibles como los fracasos. Perón necesitaba dinero para financiar los gastos de su retorno; el Che lo ayudaría si Perón finalmente se decidía a decir la palabra que podía poner al servicio de la guerrilla guevarista a algunos centenares de peronistas.

En este momento es cuando Guevara viajó de La Habana a Ginebra el 17 de marzo de 1964 para representar a Cuba en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo. El Che despreciaba estos mitines pero salir de Cuba le proporcionaba oxígeno cada vez que sus enemigos lo cercaban. También le permitía reunirse con personalidades y con informantes sin rostro, agentes viajeros de la Revolución. Esta vez, al subir al avión, el Che encontró sentado a su lado al hijo del canciller cubano Raúl Roa, portador de un mensaje de última hora de Fidel Castro, quien le avisaba que el político brasileño Leonel Brizola pedía ayuda para lanzar una guerrilla a la cubana en Brasil, donde los militares acababan de asaltar el poder derrocando al presidente Joao Goulart, cuñado de Brizola. El Che se limitó a responderle que podía ofrecerle a Brizola un buen guerrillero porque él estaba listo para sumarse a los brasileños.

En aquellos años el mapa de América latina parecía disponible para emprender acciones de guerrilla en cualquier lugar y por eso el Che aceptó inmediatamente la oferta de Brizola, quien fue el primero en olvidarla y  fue candidato a la vicepresidencia del Brasil, junto a Lula da Silva.

Perón y Guevara, cada uno detrás de su propia quimera, se buscaron mutuamente y en ese caldo de cultivo parece natural que se encontraran una noche en Madrid.

El Che llegó a Ginebra desde La Habana con escala en Praga. Y Gallego Soto estaba en Praga por esos días, en una gira que había iniciado con su familia, de la que tomó distancia en algunos tramos porque el viaje de placer también incluyó algunos negocios, según dijo su esposa a su hijo.

En Ginebra, Guevara pronunció un discurso, ofreció una conferencia de prensa a 80 periodistas de todo el mundo y concedió una entrevista de 25 minutos a la televisión suiza. La reunión se extendió a una semana para el Che, que inició una peregrinación por tren a París, sin destino fijo, reapareciendo recién el 14 de abril en Argelia como invitado del presidente Ben Bella. Después de dos días con Ben Bella el Che retornó a Praga para seguir viaje a La Habana, donde aterrizó al cumplirse un mes de su partida.

Es en este entreacto, cuando Guevara vagaba por Europa sin rumbo, cuando tuvo lugar la cita con Perón que Gallego Soto relató a su amigo Alberto T. López, y éste escribió la narración que citamos.

Al llegar en tren a París, Guevara recibió de su amigo el abogado argentino Gustavo Roca la confirmación de que la guerrilla de Masetti estaba virtualmente destruida y que éste seguramente había perdido la vida. Guevara y Roca volvieron a discutir si era posible emprender la lucha armada en la Argentina sin contar con el apoyo de Perón.

Hacía tiempo que Perón y Guevara cambiaban mensajes a través del embajador de Cuba en Argelia, el comandante Jorge Serguera, un veterano de la Revolución a quien todos llamaban “Papito” y que desde la capital africana llevaba en sus manos tres cuestiones vitales para el Che: la relación con Perón en Madrid, la preparación militar de los hombres de Masetti y la propagación de la guerrilla al corazón de Africa. Serguera cruzó el Mediterráneo más de una vez para visitar a Perón.

El comportamiento del Che por aquellos días de 1964 resulta cuanto menos sorprendente. No solamente se mostró en público con frecuencia sino que hasta se exhibió provocativamente en París. Allí fue visto paseando sin custodia con un impermeable caqui y su boina negra por los alrededores de la Sorbona. Lo vieron en las pizzerías del bulevar Saint Michel, en las librerías del barrio latino y en el Théatre des Nations, en Place Chatelet, donde actuaba el ballet de Cuba.

Durante tres semanas aparecía y desaparecía, estaba en Europa aunque no se sabía exactamente dónde, y hubo quienes lo tomaron por un tipo que se disfrazaba del Che Guevara. Sus rastros se confundieron, del mismo modo que volvieron a confundirse cuando entró y salió del Congo o cuando alcanzó el suelo boliviano con una escala en Madrid y otra en Montevideo, que forman parte de los enigmas que los biógrafos del Che aún no pudieron descifrar. La CIA llegó a imaginar que había más de un Che, algún sosia que se exponía públicamente para esconder al verdadero.

La noche del Che

Alberto T. López escribió a mano algo menos de dos mil palabras registrando la narración que le hizo Gallego Soto el día que “un acontecimiento inesperado había despertado su memoria y lo había vuelto a un pasado del que sentía la necesidad de descargarse”. Los hechos principales se resumen a continuación.

Gallego Soto estaba en el Hotel Plaza de Madrid cuando una noche, poco antes de acostarse, fue visitado por un fraile que, sin anunciarse previamente, golpeó a su puerta con un mensaje de Perón. El general le pedía que fuera inmediatamente a su casa de Puerta de Hierro, a pesar de la hora, acompañado por el fraile, que lo llevaría en el auto en que había llegado. Una vez en destino y antes de pasar por la guardia del edificio, Gallego Soto se deslizó hasta el piso del auto para no ser visto. Cuando el auto se detuvo y el sacerdote le dijo que ya podía salir, el mismo Perón estaba allí para recibirlo.

Voces que reconoció como cubanas le llamaron la atención porque comentaban unas fotos iluminadas sobre una mesa con palabras tales como: “Ahí le tienen solo, ahí con su mujer y su hijo, en ésta caminando por la calle Florida”. Se trataba de sus propias fotos, tomadas sin que se hubiera dado cuenta. Entonces Perón le dijo que lo había “convocado para una tarea que requiere una gran reserva y una buena administración”. El general pensaba que era el hombre para la función “por lo mucho y bien que lo conozco”. Gallego Soto se defendió cuando Perón le reveló que se trataba de administrar los “fondos de la liberación”, varios millones de dólares destinados a una acción que el Che Guevara se proponía llevar a cabo. Fue entonces cuando Perón se dirigió a alguien que había permanecido en la oscuridad “y para mi sorpresa vi aparecer a un sacerdote capuchino que había estado presenciando la escena anterior y que, al alzar la pantalla de luz, mostró ser el mismísimo Che”.

El relato recogido por López contiene diversas consideraciones sobre la misión que Perón y el Che, de común acuerdo, le habían propuesto a Gallego Soto y la afirmación de no haber aceptado a pesar de la presión y la certeza de que “los pedidos del Viejo no eran para ser desoídos”.

El 17 de abril Guevara estaba de regreso en La Habana. El 29 de abril el cónsul del Paraguay en Madrid emitió el pasaporte 000940 a nombre de Juan P. Sosa, profesor, de 63 años, nacido en Asunción, y de su esposa, Delmira Remo de Sosa. Las fotos eran las de Perón y Delia Parodi: el retorno del líder justicialista estaba en marcha, aunque no podría concretarse el 2 de diciembre de ese año.

Perón había cambiado su discurso político: ahora decía que: “O regreso pacíficamente o lo hago por medio de una revolución”. El embajador estadounidense en Buenos Aires, Robert McClintock, envió en esos días un cifrado al Departamento de Estado, cargado de preocupación: “Los peronistas han dado un giro definitivo hacia la izquierda bajo instrucciones de Perón”. Y la estación de la CIA en Montevideo reportaba a la Central de Inteligencia sobre la temible sociedad que Perón y los cubanos habían forjado ese mismo año. Philip Agee, el espía que llevó un diario de su actividad en Uruguay, escribió el 21 de marzo de 1964: “La estación (de la CIA) en Montevideo ha organizado varias operaciones fructíferas contra objetivos peronistas en Uruguay a través de las cuales se ha podido descubrir el apoyo que prestan los cubanos a los peronistas. Una operación de escucha contra el departamento del periodista peronista Julio Gallego Soto nos permitió descubrir la clandestina relación existente entre éste y el antiguo jefe del servicio de inteligencia cubano en el Uruguay”.

Gallego Soto no llegó a conocer el testimonio del agente de la CIA, cuyo libro CIA Diary recién fue editado en 1977. Allí se narra la vigilancia de la agencia sobre sus movimientos y el control que se había establecido sobre la colonia peronista en Montevideo. El agente Agee se entretuvo en amenos detalles sobre lo que pasaba en la alcoba de los peronistas y perdió la pista principal.

El 26 de octubre de 1964, el encargado de Negocios de Cuba en Madrid, Ramón Aja Castro, le entregó a Julio Gallego Soto una visa de cortesía para entrar a territorio cubano. Al día siguiente, el pasajero de Iberia y hombre de negocios argentino Gallego Soto iniciaba una negociación ante el Ministerio de Comercio Exterior de Cuba para colocar una partida de maíz argentino. La conexión había comenzado a funcionar.

YO DE TI Y TU DE MI

La Argentina sigue siendo generosa; antes dio al mundo al Che, ahora da todo un plan de acción mundial. Porque ese ¡Que se vayan todos!’ no es sólo una consigna. ¡Viva la rebeldía Argentina!

Subcomandante Marcos,mensaje de año nuevo, diciembre 2002.

En una entrevista editada en Cuba, hace poco tiempo, el general cubano Harry Villegas (Pombo, en la guerrilla del Che en Bolivia), dijo que -En Bolivia, el Che había vuelto a ser argentino. En realidad, nunca había dejado de serlo. No por casualidad, una de las más conocidas anécdotas de la Revolución Cubana, contada por el propio Fidel Castro, es que, como condición para sumarse a la expedición del Granma, el Che le hizo prometer a Fidel que lo dejaría ir cuando quisiera regresar a la Argentina. Cuando el momento llegó, el líder cubano cumplió su palabra y el Che dejó constancia en su famosa carta de despedida.

A través de los años, muchos expresaron su sorpresa por el hecho de que Guevara dejara su lugar seguro en la Revolución Cubana; sin embargo, se encuentra en su conducta el ideal típicamente sanmartiniano que la inmensa mayoría de los argentinos hemos recogido. En su momento, también José de San Martín había dejado el lugar seguro de su carrera militar para sumarse a la Revolución de Mayo y fue en el marco de ésta que luchó en distintas regiones del continente hasta convertirse en Libertador americano.

José de San Martín fue el máximo Jefe del Ejército Libertador argentino; fue nombrado Capitán General de la República de Chile, Generalísimo de los Ejércitos del Perú y ciudadano de Colombia y de México. Cuando el Che sale desde la Argentina, su recorrido reproduce el mismo itinerario que ya habían trazado antes los ejércitos de José de San Martín; también él fue adoptado por los pueblos del continente y recibió de los cubanos la condición de ciudadano.

El Gran Capitán de los Andes marcó el camino americanista de generaciones de argentinos: políticos, escritores, artistas y exponentes de las más diversas disciplinas han expresado permanentemente la identificación de los argentinos con la Causa del continente americano: los cubanos no olvidan la figura de José Antonio Miralla comprometido con la gesta independentista del siglo XIX, como los dominicanos recuerdan la intervención resuelta de Hipólito Yrigoyen frente a la ocupación norteamericana, y los nicaragûenses tienen presente la figura entrañable de nuestro Julio Cortázar, siempre solidario con la Revolución Popular Sandinista.

Hay una constante entre los argentinos, y es que cuando viajamos al exterior nunca dejamos de prestar atención a lo que ocurre en nuestro país: estamos allá, pero miramos para acá. Siempre, entre mate y

mate, buscamos noticias acerca de cómo están las cosas, sobre qué es lo que ocurre y cómo está la gente. Es que la inmensa mayoría de los argentinos, más allá de las diferencias que podamos tener entre nosotros, queremos mucho a nuestro país. Esto es así, y no importa donde nos encontremos, sabemos muy bien que nuestro destino siempre es regresar. Es una fibra muy íntima, muy nuestra, que viene desde el corazón.

EXPRESIONES DEL CHE GUEVARA EN LA CAIDA DE PERON EN 1955

-Relato de su primera esposa Hilda Galea-

Hilda Gadea (primera esposa del Che) escribió un libro titulado -CHE GUEVARA, AÑOS DECISIVOS, donde dejó constancia sobre como Guevara participaba de nuestra condición.

Recordando su estancia en México, refirió lo siguiente:

-Era septiembre de 1955, los cables traían las noticias de la posible caída de Perón…Dolorosamente vimos que el general Perón se vio obligado a renunciar al poder para evitar mayor derramamiento de sangre, debido a la confabulación de parte de las fuerzas armadas con los intereses yanquis, que deseaban concesiones petroleras, con el apoyo de la oligarquía ganadera y latifundista, y también de la iglesia católica…Todos sentíamos lo mismo: pesadumbre porque no se recurrió al pueblo para defender un régimen que había dado muchas reivindicaciones a los trabajadores.

Para Ernesto fue un fuerte golpe la caída de Perón; se convenció una vez más de que el imperialismo norteamericano intervenía descaradamente en nuestro continente y que era necesario luchar contra él, con la ayuda del pueblo….

Hilda Gadea.

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El 6 de octubre del año 2002, el diario Clarín publicó una nota de Rogelio García Lupo sobre el Che Guevara. El título de la misma es -Un mate en La Habana, y la Argentina en los sueños. Su proyecto tras

la Revolución cubana, y su contenido es el siguiente:

-Vale la pena contarlo: el mismo día que llegué a Cuba conocí al Che.

Fue a principios de setiembre de 1959, en vísperas de la designación de Ernesto Guevara como director del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA), el organismo que debía pensar y ejecutar los cambios revolucionarios en la economía cubana.

Unas tres semanas antes, Guevara había regresado de un largo viaje por España, Egipto, India, Indonesia, Yugoslavia, Ceilán y Japón, entre otros países.

El viaje del Che había comenzado en Madrid y lo convirtió en el agente viajero de los ideales revolucionarios en catorce países en total. En su mayoría formaban parte del grupo de 29 Estados nacionales que en 1955 se habían reunido en Bandung, Indonesia, para afirmar su neutralidad con relación al bloque soviético y a los Estados Unidos enfrentados por la Guerra Fría, al tiempo que proclamaron su respaldo a los movimientos anticolonialistas en Africa y Asia.

Antes de esta gira, Guevara había atravesado un período de mala salud, probablemente a causa de la humedad de su despacho en la fortaleza del Morro, a la entrada de La Habana. Pero casi tres meses por el mundo lo habían mejorado de sus ataques de asma (que lo perseguían desde chico) y ahora se preparaba para conducir al pequeño equipo de economistas que debía diseñar el programa para la reforma agraria y la industrialización de la isla.

En la antesala de su explosiva designación, Guevara no concedía entrevistas de prensa. Pero esta vez no se trataba de eso: el abogado argentino Carlos Infante, entonces director de Radio Rivadavia y hermano de la médica psiquiatra Tita Infante, amiga y corresponsal de Guevara, había llegado a La Habana con 5 kilos de yerba mate. Habían viajado con Infante desde Buenos Aires, junto con los directores de dos radios de provincia, con una escala imprevista en Nueva York. Infante fue quien me dio la noticia:

- El Che nos espera a medianoche.

La medianoche del Che fue a la una de la madrugada. Ahora su oficina estaba en un edificio sin terminar, de catorce pisos, que el dictador Fulgencio Batista había imaginado como sede del Ayuntamiento de La Habana, al costado de un espacio vacío donde después fue trazada la Plaza de la Revolución cubana.

Las paredes de cemento desnudo transpiraban copiosamente a esa hora y el encuentro transcurrió en un clima de intimidad que sólo podía explicarse, en aquella peligrosa situación política, por la confianza

que el nombre de Tita Infante transmitió al Che apenas fue pronunciado por su hermano.

He olvidado casi todo de aquel encuentro pero recuerdo el mate pasando de las manos de Guevara a las de Infante, y un mapa Bemporad de la República Argentina en uno de aquellos muros pelados y sin adornos, apenas tolerables y difíciles de imaginar como el entorno de todos los días.

Guevara tenía entonces 31 años y formaba, con Fidel Castro y Camilo Cienfuegos, la trilogía emblemática de la Revolución cubana. A pesar de los esfuerzos que en esos momentos hicieron sus enemigos por presentarlo como un comunista sin autocrítica y un aventurero internacionalista sin patria, ya entonces podía verse que él fue, posiblemente, quien comprendió antes que ninguno el mundo terrible que aguardaba a los cubanos y el destino del socialismo real.

Más difícil fue advertir ya en esos momentos, que en los pensamientos de Guevara nunca dejó de aparecer la dolorosa incógnita de la lejana Argentina. Puedo dar fe de la ansiedad que invadía al Che cuando llegaban noticias argentinas, especialmente durante la torturada presidencia de Arturo Frondizi. Cuando visitó a Frondizi en Buenos Aires, durante la conferencia interamericana de Punta del Este de 1961, Guevara conocía tantos detalles de la situación política local como el mismo Presidente. Le resultaban familiares los nombres de los caudillos militares que acosaban a Frondizi, sabía de memoria cuáles eran los caciques sindicales y, por cierto, estaba al día sobre las posiciones de Perón, cuyas ideas había revisado generosamente, tal vez con el realismo que le impuso su propia experiencia en el poder cubano.

En la agencia informativa Prensa Latina su director, el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti, recogía diariamente las noticias de Buenos Aries y las enviaba al Che. Cuando se produjeron levantamientos militares, Guevara se hizo presente en la redacción de Prensa Latina, donde amaneció como otros millones de argentinos: escuchando la radio, tomando mate y usando el teléfono hasta la mañana. Una foto poco conocida lo muestra leyendo las noticias en los equipos de comunicaciones de Prensa Latina.

En 1953, cuando emprendió su definitiva aventura latinoamericana, Guevara escuchó por primera vez en casa de un exiliado antiperonista en La Paz la excitante hipótesis de que el gobierno peronista tal vez podía ser derribado por una invasión desde Bolivia en la frontera con Salta. Perdió la vida catorce años más tarde, cuando intentó establecer en Bolivia un punto de partida para llevar la revolución hasta la Argentina.


Algún tiempo antes, cuando ya era el Che, mantuvo este diálogo con la escritora argentina María Rosa Oliver:

- Bueno, basta. No hablemos más de la Argentina.

- ¿Por qué? Si usted la quiere mucho.

- Por eso mismo.

Fragmento sacado de la exposición de Manuel Gaggero (Co titular de la Cátedra abierta sobre el Pensamiento político de Ernesto Guevara, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Buenos Aires) en. Villa Gesell (Argentina), 12 de enero de 2002-



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CARTA DE PERóN AL CONOCER LA MUERTE DEL CHE GUEVARA

Al confirmarse la caída en combate del Che, el General Juan Domingo Perón

escribió la siguiente carta dirigida al Movimiento Peronista:

-Compañeros:

Con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable pérdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con todos aquellos que, en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación. Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del Pentágono mantienen a los pueblos oprimidos.

Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven más extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara.

Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazó, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir.

He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo que fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿qué edad tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Yrigoyen. Yo también en ese momento fui utilizado por la oligarquía. Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos. ¡Vaya si el Che los enmendó!

En 1954, cuando en Guatemala lucha en defensa del gobierno popular de Jacobo Arbenz ante la prepotente intervención armada de los yanquis, yo personalmente di instrucciones a la cancillería para que le solucionaran la difícil situación que se le planteaba a ese valiente joven argentino; y fue así como salió hacia México.

Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina.

No faltarán quienes pretendan empalidecer su figura: el imperialismo, temeroso del enorme prestigio que ya había ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido Comunista Argentino, solapadamente, está en campaña de desprestigio. No nos debe sorprender, ya que siempre se ha caracterizado por marchar a contramano del proceso histórico nacional. Siempre ha estado en contra de los movimientos nacionales y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.

La hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales en Latinoamérica son un hecho irreversible. El actual equilibrio será roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin revolución las resistencias de las oligarquías y de los monopolios inversionistas del imperialismo.

Las revoluciones socialistas se tienen que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre sí todos los movimientos nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre sí los usufructuarios del privilegio. La mayoría de los gobiernos de América Latina no van a resolver los problemas nacionales sencillamente porque no responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo que las expresiones revolucionarias verbales basten. Es necesario entrar a la acción revolucionaria, con base organizativa, con un programa estratégico y tácticas que hagan viable la concreción de la revolución. Y esta tarea, la deben llevar adelante quienes se sientan capaces. La lucha será dura, pero el triunfo definitivo será de los pueblos.

Ellos tendrán la fuerza material circunstancialmente superior a las nuestras, pero nosotros contamos con la extraordinaria fuerza moral que nos da la convicción en la justicia de la causa que abrazamos y la razón histórica que nos asiste.

El peronismo, consecuente con su tradición y con su lucha, como Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica.

Juan Domingo Perón.

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NOTA: En realidad, el 8 de octubre merece una aproximación a Juan Domingo Perón, por su nacimiento, vida e influencia decisiva en la vida de Argentina, Sudamérica y el Tercer mundo y el mismo dia, exige un análisis no solo de la muerte del Che en Bolivia, sino de toda su vida, construida por el compromiso con la política y el devenir de los pueblos. Ambos, Peron y el Che han sido Sanmartinianos en su dimension americana y en su compromiso etico con la Patria Grande frente al poder extranjero, unirlos en esta cita que ha dado la historia de sus fechas de nacimiento y muerte es algo que nos excede, pero nos inspira.

La derecha, unida al pensamiento globalizador, a la practica neoliberal y a la división de los argentinos, quisiera que Perón fuera de derecha y que el Che fuera el terrorismo. La izquierda tambien quiere coincidir con la derecha en que Peron era un conservador o un fascista y me da la impresion que, en un momento, han levantado al Che como un símbolo, por la presión ejercida por los pueblos del mundo que han visto en su muerte la coherencia de su vida, de su personalidad comprometida y militante.

Ambas figuras de la historia argentina, (y podríamos acercar a Evita como una tercera figura liminar, ya que resume virtudes de ambos hombres, y les agrega otras de su genero y su identidad), le dan cuerpo a la grandeza de los argentinos.

Por eso, una vez mas hemos querido mostrar su relación y su hermandad en la causa del pueblo y de la Patria Grande.

En la historia argentina y suramericana, Perón, Evita y El Che Guevara, seran vistos por las generaciones venideras como tres de los mas grandes patriotas, junto a San Martín, a Bolívar y a Evita. (Figuras maravillosas como Macacha Güemes y Juana Azurduy, de tan patriótico ejemplo de vida, no han tenido la trascendencia y el tenor de la figura de Eva Duarte de Perón).

LA BATALLA CULTURAL



Hegemonía - La Batalla Cultural.

Desde las usinas del pensamiento conservador reaccionario se acusa al gobierno nacional y popular de buscar establecer un poder hegemónico , en un intento por demonizar su accionar político , invirtiendo la carga de la prueba e intentando mostrar todo hecho de gobierno como un avance conculcatorio de las libertades y un atentado a los principios republicanos.
Esta acusación en realidad desnuda los propios temores e impotencia de una clase que ha detentado el poder fáctico e impuesto su hegemonía más allá de la voluntad popular , logrando someter una y otra vez a los gobiernos democráticos y que ahora ve como esa hegemonía  que ejercían cambia de manos contra su voluntad.
El término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa "conducir", "ser guía", "ser jefe"; o tal vez del verbo eghemoneno, que significa "guiar", "preceder", "conducir".
La hegemonía avanza al afirmarse la capacidad de dirección política, espiritual y moral de la que hasta ayer, era una clase subordinada.
La supremacía entra en crisis cuando se mantiene el dominio, pero disminuye la capacidad dirigente, cuando la clase social que detenta el poder fáctico no sabe ya dirigir, cuando la concepción del mundo que ella logró afirmar, es ahora rechazada.
La clase social hasta ayer subordinada se convierte a su vez en dirigente cuando sabe indicar concretamente la solución de los problemas; tiene una concepción del mundo que conquista nuevos adherentes, que unifica los sectores sociales que se forman en torno suyo.
Para Gramsci el concepto de hegemonía es pues, una clave de interpretación histórica, de análisis de los procesos políticos ,según él la hegemonía manda, no por poder coercitivo económico o político, sino a través de un discurso de significados con el que logra un consenso libre y cómplice.
Nuestra presidenta habla de la importancia de la batalla cultural , de romper con la cadenas mentales impuestas por las clases dominantes , por primera vez después de 50 años ese poder hegemónico es confrontado y desafiado por un gobierno nacional y popular que no cesa de ampliar su base de legitimación.
Crear una nueva cultura no significa sólo hacer individualmente descubrimientos originales; significa también, y especialmente, difundir verdades ya descubiertas, socializarlas, por así decir, convertirlas en base de acciones vitales, en elemento de coordinación y de orden intelectual y moral. Que una masa de hombres sea llevada a pensar coherentemente y en forma unitaria la realidad presente, es un hecho filosófico mucho más importante y original que el hallazgo, por parte de un genio filosófico, de una nueva verdad que sea patrimonio de pequeños grupos de intelectuales.
La hegemonía tiende a construir un bloque histórico, o sea, a realizar una unidad de fuerzas sociales y políticas diferentes y tiende a mantenerlo unido a través de la concepción del mundo que ella ha trazado y difundido (1).

El concepto de "batalla cultural" (Kulturkampf) viene principalmente de Antonio Gramsci ,cuyo pensamiento se iba modificando a medida que experimentaba los hechos que ponían a prueba las teorías . Esto lo lleva a desentrañar las causas profundas de la hegemonía capitalista en dichas sociedades y comienza a valorar los aspectos culturales llegando a la conclusión que para poder arribar a una transformación revolucionaria sólida -que eche verdaderas raíces en el alma del pueblo- es necesario la conquista de nuevas pautas culturales. Gramsci cree que existe un modo de pensar en el pueblo, un "sentido común", o modo natural de sentir y pensar que está formado por instituciones tales como la Iglesia, la Universidad, la escuela y los medios de comunicación, entre otros. Es así como el pueblo naturaliza como propios esos  valores que contribuyen a identificar el sentido común con el punto de vista interesado del poder capitalista.
Gramsci proponía comenzar por cambiar la superestructura (religión, derecho, arte, ciencia, medios de comunicación) para que transformando la mentalidad de la sociedad civil, luego pudiera tener lugar el cambio político-económico -en la sociedad política- de la infraestructura, no habiendo ya contradicciones entre ambas.
Bajo el discurso , falso , de los dominadores , de pluralismo y diversidad se esconde la pretensión de imponer una hegemonía que fragmenta los sectores populares.
Fragmentasión y diversidad son dos cosas bien diferentes, la primera es un serio problema, la
otra  un  capital  cultural inconmensurable.  Nosotros debemos respetar  la  diversidad y
combatir  la  fragmentasión  y  esta  existe  porque  existe  una cultura oficial
imperante que es reproducción de los valores del dominador y que ridiculiza y subvalora
todo lo diferente.
Esa cultura oficial es uno de los dos posibles resultados de la conquista.
El otro  resultado posible es  la  resistencia y la rebeldía  a ese modelo impuesto. Y  es justamente  esa  cultura  de  la resistencia  , de la rebeldía , la  que nosotros los peronistas queremos legitimar, la que queremos fortalecer, recrear
Debe  ser  tarea  de  una nueva generación de argentinos desterrar las visiones, los enfoques y actitudes etnocéntricos, sectarios y mesiánicos,  que  son  los que  reproducen  consiente  o  inconscientemente  los mecanismos de  la  dominación.
Aquí hay una guerra civilizatoria una guerra interparadigmática y es bueno que tomemos
posiciones. A que Argentina nos referimos cuando hablamos de Argentina? A la de las grandes
ciudades,  a  la  del país  interior,  a  la  de  los pueblos originarios, a la argentina blanca  que pretende imponer el discurso hegemónica de los sectores reaccionarios o a  la  que comienza a transformar su rostro con  las  más recientes migraciones ?.
La  cultura  oficial de los dominadores generó el espejismo  del progreso, homologando progreso  con  asimilación,  con  pérdida  de  la  identidad.  Por eso  es una cultura  de  la exclusión y no del diálogo, ella tiene un paradigma que vino en barco desde el fondo de los tiempos y que ha ido mutando de forma más no de contenido.
Argentina  nace  como  posibilidad. Y esta afirmación se basa en el hecho de que en Argentina debían materializarse aquellos sueños quiméricos de una Europa frustrada que ahogada en su propio  lazo y sin posibilidad de salvarse a si misma, saltó a  la cubierta de  los barcos para  encontrar más allá del Atlántico  el paraíso o  la muerte.  Es decir  que  en  la misma esencia del ser argentinos hay una gran carga de subjetividad, una especie de mandato que busca consumar sus sueños más sublimes.
Más allá  de  nuestra pertenencia cultural, más allá de si somos hijos de inmigrantes europeos, no podemos dejar de vibrar al compás de lo que aquí sucede. Nuestro destino por
acción  u  omisión  está  ligado  a  este  destino  de  la  tierra  al  punto  que  el estar  aquí  nos
modifica a todos y cada uno más allá de lo que a veces podamos reconocer.
Es hora en definitiva de atrevernos a pensar,  a riesgo de  equivocarnos una y mil veces,
desde el centro de nosotros mismos y no desde las fronteras de ninguna gran civilización o
imperio por grande o poderoso que este sea.
Recordando que el pueblo como sujeto protagonista de la historia tiene una herencia de lucha que no  se agota en el aquí y en el ahora . Esa lucha , esa resistencia viene desde las mismas raíces de nuestra historia , desde las montoneras que se oponían al invasor español , desde la Vuelta de Obligado , desde arrancarle al régimen el voto universal y secreto , desde los años de lucha de la resistencia peronista , desde la valentía de una generación que se atrevió a luchar por una argentina mejor y fue salvajemente diezmada, en síntesis una la lucha sin tregua ni cuartel que ha escrito las páginas mas gloriosas de la historia argentina con nuestra propia sangre.
A nosotros los peronistas, los que somos capaces de pensar al país con amor e intensidad , nos cabe el desafío de reflexionar sobre los errores cometidos en el pasado , de continuar la construcción de un modelo nacional y popular socialmente inclusivo ; teniendo muy en claro que los únicos enemigos son los agentes del miedo y la violencia ,los representantes del autoritarismo y de los intereses de las minorías dominantes .
Es nuestra esta firme convicción de que el poder fáctico establecido debe ser discutido , confrontado y re elaborado y que no puede transgredir la dignidad humana ; la política , la cultura y la democracia que también fueron sujetos del cambio de paradigma iniciado por el compañero presidente Néstor, continuado y profundizado por la compañera presidenta Cristina , puestos al servicio del los intereses del pueblo y la concreción de la Gran Patria Latinoamericana tantas veces postergada.



(1) Antonio Gramsci - Quaderni del carcere.